Celta Laf es una de las fabricantes y distribuidoras de pintura más grande del país, con sede productiva en Soldini, que no le escapa a la crisis económica. La caída en la demanda por la pérdida de poder adquisitivo representa una de las mayores preocupaciones en este contexto y empujó a una baja considerable de su capacidad instalada ¿Cómo impacta a esta tradicional firma de la región la suba de tarifas, la rebaja en Impuesto Pais y la implementación del Rigi?
En diálogo con Economía Real el titular de la empresa y dirigente industrial, Mariano Ferrazzini, hizo un balance de los últimos meses en el que incluyó la transición política sobre fines de 2023. “La provincia viene de un 2023 complejo por la sequía, luego se sumaron las dificultades por el acceso a materia prima del exterior. El cambio de rumbo económico desde diciembre de 2023 nos complicó. Basta con ver los números de la Federación Industrial de Santa Fe (Fisfe) que hablan de una caída acumulada del 13% en el primer semestre del año. Son números similares al de la pandemia”, señaló.
La empresa Celta Laf se dedica a la fabricación de pinturas líquidas industriales y para la construcción, tintas flexográficas al agua y pinturas en polvo termoconvertibles. Con más de 75 años de experiencia en el rubro, continúan desarrollando tareas de investigación y crecimiento destinadas a ofrecer productos hechos a medida, de excelente calidad y última generación. Además de ser el titular de la firma, Ferrazzini es dirigente de Fisfe y de la Unión Industrial Argentina (UIA).
—¿Cuáles son las principales preocupaciones en este contexto económico?
—En la última encuesta de la UIA preguntamos cuál era la mayor problemática. Casi el 30% está preocupado por la caída de compras entre los propios industriales, otro 30% por lo que significa el aumento de costos de producción, un 20% por la caída de poder adquisitivo y solo un 5% está preocupado por la falta de acceso a materia prima importada. Si juntas la caída de ventas entre el sector industrial y la caída en el consumidor final, tenes la mitad de los problemas que los industriales consideramos como los más importantes.
—La contención de empleo, ¿empieza a ser una preocupación para los industriales?
—Hay una gran responsabilidad del sector industrial, todavía hay una defensa férrea de los puestos de trabajo, pero evidentemente si esto sigue así se verá el impacto. En la Unión Industrial Argentina (UIA) estamos registrando unos 5.000 puestos menos por mes en lo que va del año.
—¿Cómo están los registros de utilización de capacidad instalada?
—En los últimos meses vemos una merma depende los sectores. Hay algunos que están alrededor del 50% de la capacidad instalada, son niveles muy bajos que complican el funcionamiento de las industrias. Hoy en general el nivel llega al 60%. Estos niveles no se registraron ni siquiera en 2018 o 2019.
—¿Continúan las dificultades con la importación de insumos?
—Muchos de nuestros insumos no tienen producción local, por eso estamos obligados a importar. En ese sentido venimos con alguna problemática de arrastre que es el pago al exterior de las deudas. Con el nuevo régimen la exigencia es pagar a los 30 días de nacionalización, eso es algo bastante difícil, sobre todo cuando se trata de algo de origen chino porque la aseguradora china de riesgo no cubre Argentina, entonces muchas de las industrias nacionales vienen generando las condiciones suficientes para que se puedan hacer las compras.
—¿Cómo impacta en el sector la rebaja del Impuesto Pais?
—La decisión de hacer una apertura grande de bienes terminados, nos pone en un escenario en el que tenemos que competir con una economía sumamente deprimida con oferta de productos transables del exterior con un costo que se va incrementando y un crawling peg del 2% que completa un combo complicado. Entonces el Impuesto País hoy es la única barrera contra el producto terminado, que nos permite tener un dólar no tan poco competitivo. Al bajarlo en producto final e insumo de la misma manera, va a tener un impacto mayor. Lo que pedíamos era aplicar la baja para insumos y no para productos finales para defender la industria nacional.
—¿Qué impacto está teniendo el aumento de tarifas eléctricas en este contexto?
—Pedimos al gobierno provincial y la distribuidora, por ahora sin éxito, que se permita al sector industrial que pueda justificar una baja de la producción y re contratar de manera excepcional energía. Nosotros firmamos un contrato anual de potencia, si vos consumis menos potencia, la EPE te la cobra igual. Lo que estamos pidiendo en este momento excepcional es la re contratación de energía. En esto la distribuidora ha sido inflexible y me parece un gran error.
Después a nivel nacional hay una tendencia de que toda gran demanda vaya a la contratación directa en el mercado mayorista. Esto puede ser una dificultad muy grande para aquellos industriales que consuman más de 100 Kw, porque los va a obligar a tener un contrato en un generador y un contrato de distribución con la EPE. Son contratos que se firman a moneda dura, y cualquier afectación en el tipo de cambio va a impactar sobre ese costo.
—¿Hay una valoración negativa o positiva en el sector sobre la implementación del Rigi?
—Tanto en UIA como Fisfe entendemos que es necesario un régimen de grandes inversiones. Este Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones ( Rigi) en particular fue demasiado generoso con inversores internacionales, sobre todo porque la afectación de recursos del país es enorme.
La reglamentación indica que el 20% de participación en proyecto de productos nacionales, incluye absolutamente todo, entonces la verdad es que el Rigi no tuvo en cuenta la integración de cadenas de valor y eso va en desmedro de la posibilidad de desarrollo del sector industrial argentino. Todas esas empresas vienen con una cartera de proveedores globales y te pueden traer de afuera hasta el catering que van a servir en sus proyectos. Creemos que la medida no salió del todo bien.
—¿Qué expectativas hay particularmente con este nuevo Rigi y en general?
—Estamos tratando de acomodar la oferta provincial para llegar de la mejor manera en gas oil y minería. Estamos tratando de ser más efectiva la integración en esa cadena de valor. No es la primera vez que nos mandan a reconvertirnos y hacer algo que no sabemos hacer.
Las expectativas para el segundo semestre no son las mejores, esperamos que al menos se detenga la caída. Hay que ver qué significan esos pisos de actividad, porque a niveles tan bajos muchas empresas están por debajo de la línea de flotación.

