Quejas de la industria molinera: «La energía eléctrica ha sufrido aumentos más allá de cualquier lógica»

Como parte de la descripción del escenario económico actual, Eduardo Benvenuto, titular del molino harinero radicado en Roldán que lleva su apellido, se queja por la suba de la tarifa de la energía y por el cobro «arbitrario» de un monto que ni siquiera viene discriminado, «por varios millones». Su hija Isabel, gerente general de la empresa, pide eliminar retenciones a nuevos destinos.

Nieto del fundador de pastas Minetti, Benvenuto se acostumbró de chico al ritmo de un molino harinero. Sin embargo, las vueltas de la vida hicieron que el histórico molino cerrara sus puertas y él tuviera que trabajar en relación de dependencia en empresas vinculadas a la alimentación. Se retiró como gerente de una multinacional en el año 91, con la idea de montar su propio molino en una pequeña superficie de Roldán.

Conocedor del rubro por la experiencia familiar y su trayectoria personal, supo elegir en desarmaderos las máquinas de mejor rendimiento para iniciar la producción. Hoy muestra una planta de dos hectáreas, con una producción posible de 360 toneladas por día. Él y su hija piden por la eliminación de retenciones a nuevos destinos, para mejorar la situación del sector y poder competir en el sector externo. En relación a los costos internos, se queja por los aumentos de la EPE y por el cobro de un importe millonario al que considera «arbitrario». Para el titular de Molinos Benvenuto, «es como si uno fuera al supermercado y le dieran un ticket donde no está detallado qué es lo que compró».

Un molino hecho a pulmón

Isabel Benvenuto le relató a EconomiaReal los orígenes del molino y su impronta actual: «Mi papá fue montando el molino comprando máquinas de chatarrería, en desarmaderos, él iba y encontraba sus tesoros, en lugares donde para mí era todo basura, pero él encontraba reliquias que transformó en un molino harinero. Él apostó todo por este sueño. Y hoy estamos exportando a Bolivia, a Brasil, exportamos algo a Venezuela en 2011, a Cuba, en una exportación conjunta entre varios molinos. Y siempre estamos tratando de abrir mercados nuevos».

«La molinería es un sector industrial que tiene muchas oportunidades y un potencial de crecimiento inmediato, por esto de que tenemos el 50% de nuestra capacidad de molienda disponible, no solamente en nuestra planta sino también a nivel general de toda la molinería. Tenemos la posibilidad de exportar harina, de un mes para otro, de incorporar 7 millones de toneladas por año, pero empezando la semana que viene, si existiera la demanda», explica.

Baja de retenciones a nuevos destinos

«Por eso nosotros pedimos, para poder desarrollar el mercado externo, que nos saquen las retenciones, pero no a los lugares donde actualmente estamos exportando. Por ejemplo, si hay un molino que está exportando a Panamá, y mi molino quiere exportar a ese destino, tendría que pagar la retención, porque ya hay un molino que está siendo competitivo actualmente y que además genera ingresos para el Estado a través de las retenciones. Ahora, si hay una oportunidad de algún negocio en algún país al que no está exportando ningún molino, y ningún molino exportó en los últimos tres años, ahí sí nos deberían dejar exportar sin retenciones», sintetiza Isabel.

Para la gerente general del molino, «esto generaría una situación de ganancia para todos, porque el sector emplearía más gente, tendría más máquinas ocupadas, que actualmente tenemos, sólo que produciendo más tiempo, al Estado le ingresarían más divisas y la recaudación por las retenciones seguiría siendo la misma, porque las exportaciones actuales seguirían generando ingresos impositivos, pero las exportaciones a nuevos destinos serían más competitivas a nivel internacional».

Sobre la dura competencia a nivel internacional, explica: «Nosotros competimos con Turquía, que es un país que tiene sus exportaciones subsidiadas. Si a eso le sumamos los altos costos que tenemos para poner la mercadería arriba del barco, excesivos en comparación a otros, nos dejan en la situación de tener la harina más barata del mundo en el mercado local, pero cuando la queremos subir al barco se transforma en una harina que no es competitiva».

Energía, con aumentos «más allá de cualquier lógica»

Sobre los cambios en la ecuación de costos que se originó tras la asunción del nuevo gobierno nacional, Eduardo Benvenuto explicó: «En realidad varias cosas han cambiado. El rubro de mano de obra recuperó muchísimo, hoy está a valores por encima de lo que estaban el año pasado, medido en moneda constante. La energía eléctrica ha sufrido aumentos más allá de cualquier lógica, porque además de la factura propia de la luz, muy importante, que pagamos por varios millones, la EPE nos castiga con una nota de débito que establece un monto a pagar y no establece en concepto de qué nos están cobrando ese monto. Es una nota de débito fuera de cualquier regulación, arbitraria, es como si uno fuera al supermercado y le dieran un ticket donde no está detallado qué es lo que compró y le pone el monto final. Ese monto en algunos casos es mayor al costo de la energía que cobraron previamente en el mismo mes. Y a pesar de que he escrito a las personas de la EPE encargada de eso no obtuve ninguna respuesta sobre qué es lo que están facturando».

—¿No hay explicación?

—No, y si no la pagamos nos cortan la energía y tenemos que parar la planta y suspender a toda la gente. Estamos totalmente avasallados con la actitud de la EPE.

—¿Cómo es la situación de la energía eléctrica en particular?

—Nosotros estamos abastecidos por la Empresa Provincial de la Energía. En diciembre y enero, el valor de la factura, con impuestos y tasas estaba alrededor de seis millones. Hoy por hoy estamos pagando 18 millones y además nos están cobrando una nota de débito que no tiene ningún concepto, totalmente arbitraria, en la que no demuestran en base a qué se cobra, que son otros cinco millones y medio, con lo cual la energía eléctrica termina costándonos cuatro veces más que lo que costaba a principio de año.

—¿A quién le llega?

—A todas las empresas que tienen una demanda superior a 300 KW, es decir que tienen un uso bastante intenso de la energía. Obviamente todos los molinos de la provincia de Santa Fe están en la misma situación, cosa que no pasa en otras provincias. Aparentemente es una resolución de Cammesa, que es la distribuidora de energía, que los habilita a cobrar una adicional entre lo facturado y lo que la empresa proveedora de energía les cobra a ellos, pero en lugar de ponerlo como un importe en la factura, que nosotros podríamos ver, podríamos hacer un análisis y ver qué mejorar para tener un mejor costo, es sólo un número, importante, varios millones de pesos, que no tiene más justificación que el número de la nota de débito.

—¿Cómo funciona el mercado de la harina? 

—En realidad, el mercado de la harina es un mercado cuasiperfecto, hablando en términos económicos. Es un mercado en el que hay un exceso de oferta muy importante, hay un 50% más de capacidad de producción que de consumo. Por lo cual todos los molinos estamos presionando permanentemente a nuestros clientes para que nos compren, y entre nosotros tiramos nuestros propios precios abajo. Para el consumidor es la situación ideal. Podemos diferenciarnos porque tenemos mejor calidad que otros -nosotros recientemente certificamos ISO 9001-. Son pocos los molinos que tienen certificaciones, pero mucha gente no se fija en la calidad y busca el precio. Y aquel que busca el precio te compara con el más barato. Realmente es un mercado en el que el precio no lo fija la fábrica, el precio lo fija realmente el mercado, el consumidor. Es una situación ideal. Nosotros tenemos voluntad de seguir avanzando en el crecimiento, yo soy fanático de la industria, amo lo que hago y siempre estoy buscando de mejorar en todos los sectores.

 

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