Por Álvaro Arellano
Tras casi diez meses de gestión, la conducción de la Empresa Provincial de Energía (EPE) muestra los balances y proyecta terminar este 2024 con una inversión cercana a los 49 millones de dólares y dar el salto a 165 millones en 2025. La concreción de este ambicioso objetivo está pensado a fuerza de financiamiento propio, pero también queda sujeto a la posibilidad de tomar deuda con organismos internacionales. No está en los plantes pedir ayuda al tesoro provincial.
Más allá de las inversiones a largo y mediano plazo, se acerca el verano y desde la entidad no pueden descartar cortes. De hecho ya tomaron nota de los pronósticos que anticipan otro fenómeno de sequía y altas temperaturas. Se prepara un plan de contingencia que en la ciudad de Rosario contempla la compra de generadores eléctricos móviles para atender los puntos más críticos.
El presidente de la EPE, Hugo Marcucci, dio a conocer el estado de las cuentas y destacó que en marzo lograron estabilizar un déficit operativo de 30 mil millones de pesos sin aportes del tesoro. El equilibrio se dio a partir de recomposición de tarifas, reducción de moras y menor flexibilidad en los planes de pago por parte de empresas.
El titular de la empresa provincial fue tajante en relación a este último punto, y aseguró que muchas empresas elegían financiarse a través de los planes de facilidad que ofrecía la EPE. “En 2023 la tasa de financiación era del 30% contra 200% de inflación. Hoy se financian a tasa de mercado a 36 meses y no a 12”, señaló.
También dedicó un capítulo a la reorganización interna, o lo que el propio ministro de Producción, Gustavo Puccini, resumió en “se terminó la joda”. Los ajustes en cuestiones de funcionamiento implican la colocación en casi la totalidad de los 1200 vehículos que utilizan las cuadrillas y en breve se instalará el sistema biométrico para la toma de huella dactilar. En el primer semestre se registraron quince cesantías, cuando venían de un promedio de casi dos en ese mismo lapso de tiempo.
Inversión
Como contracara del equilibrio en las cuentas operativas, Marcucci anticipó que esperan terminar este 2024 con un nivel de inversión de 49 millones de dólares (70% más que 2023), pero además redobló la apuesta y proyectó que para 2025 sería de 165 millones de dólares.
Para lograr este objetivo admitió que además de los recursos propios, está la posibilidad abierta de tomar deuda con organismos internacionales. Cabe recordar que para este tipo de procedimiento, deberán recibir el visto bueno de la Legislatura. Puede hacerlo por su cuenta o entrar en el paquete del poder Ejecutivo.
“La inversión se puede dar vía cash flow (se refiere al flujo de caja) o con financiamiento vía obligaciones negociables (emisión de deuda). A futuro tenemos la idea de que el brazo financiero de EPE crezca”, admitió y agregó que en el radar figuran el BID y otros organismos internacionales como opción para solicitar fondos.
Chispazos entre desarrolladores y la EPE
En paralelo a los planes de inversiones, queda definir qué pasará con 260 edificios de la ciudad que ya están finalizados pero que todavía esperan por la habilitación de obras eléctricas. Según confirmó Marcucci, 130 de ellas tendrán el servicio adecuado antes de que finalice el 2024, mientras que el resto se resolverá en el transcurso del primer semestre de 2025.
Pero eso no es todo, ya que hay otras 400 obras que todavía no declararon su finalización, pero que en breve comenzarán a hacerlo y la empresa tendrá que brindarles respuesta sobre la conexión del servicio. Ya hubo contactos para saber en qué estado de avance vienen esas obras y ofrecerles distintas herramientas, a través de financiación e incluso de material para terminar con las conexiones.
Se trata de un tema que está generando conflictos entre los desarrolladores y la EPE a partir de la nueva normativa para trabajos de expansión de redes eléctricas en grandes desarrollos.