En una operación que revolucionó al mundo de la moda, este jueves se llegó a un acuerdo histórico que transformó el panorama de la moda de lujo italiana cuando Prada anunció la adquisición de Versace de Capri Holdings por US$ 1,375 millones, incluyendo la deuda.
Esta movida estratégica une a dos casas de moda icónicas con sede en Milán, combinando el minimalismo sofisticado de Prada con la estética audaz y barroca de Versace.
La transacción, que se espera cerrar en la segunda mitad de 2025 tras la aprobación regulatoria, posiciona a Prada como el grupo de moda más grande de Italia por ingresos, con una facturación combinada que supera los seis mil millones de euros, fortaleciendo su capacidad para competir con gigantes globales del lujo como LVMH y Kering.
La adquisición representa un cambio significativo para Versace, que había sido comprado por Capri Holdings en 2018 por US$ 2,100 millones. Desde entonces, Versace enfrentó dificultades para adaptarse a la tendencia del «lujo silencioso», con sus ingresos cayendo 15% a US$ 193 millones en el tercer trimestre del año fiscal 2025.
Donatella Versace, quien deja su rol como directora creativa pero seguirá como embajadora principal de la marca, expresó su confianza en Prada, destacando una admiración de larga data por el enfoque de la familia Prada hacia el lujo.
Financiada con 1,500 millones de euros en nueva deuda, la inversión de Prada refleja un compromiso audaz para preservar el ADN creativo de Versace mientras lo integra en una plataforma de lujo más amplia.
Con Dario Vitale, ex director de Miu Miu (marca hermana de Prada), asumiendo como jefe creativo de Versace, se abre un nuevo capítulo que podría redefinir la influencia global de la moda italiana.
